31 mayo 2006

Salón del automóvil

Dedicado a Lasita, que sí escucha a Novio cuando se pone a hablar de coches.

-Oye, Lorz, este año toca Salón del Automóvil en Madrid.
-Yuju.
-No tienes que venir si no quieres.
-¿En serio? -las lágrimas y todo se me saltaron de la emoción.
-Sí.
-¿De verdad?
-De verdad. Pero a cambio me tienes que prestar tu cámara de fotos.
-Una p*ll* como una *ll* te voy a dejar mi sumamente frágil y maravillosa cámara.
Y así fue como una vez más acudí de forma entusiasta y voluntaria a mi cita bianual con el Salón del Automóvil de Madrid, dispuesta a hacer todas las fotos que hiciera falta para mi Querido y Susceptible Novio.

Las entradas. Él dice que se las regalaron. Ya.

Esta la voy a mandar a Cuarto Milenio, porque al fondo

de la pecera se ven personas que no estaban allí.

Mis pies. Después de tres horas pateando pabellones

empezaron a dolerme una jartá, y me hice una foto

para cuando demande a Novio por lesiones.

Lápices de colorear y arcilla de modelar.

El culo sexi de Novio.

Asimo, bajando escaleras.

Asimo, subiendo escaleras.

Un osito gigante. No era de gominola (lo comprobé).

Unas butaquillas.

-Oye, Lorz.
-¿Sí?
-Te acuerdas de para qué quería la cámara, ¿verdad? ¿Eh? ¿Cari?
-Sí, para hacer fotos a los coches.
-¿Y bien?
-¿Y bien qué?
-¿Es que no has hecho foto a ni un puñetero coche?
-Sí, esta:

Ya está, ya se me ha echado a llorar. Es que con cualquier detallito se emociona.

29 mayo 2006

X Men III

Hala, ya he visto X-Men Palito Palito Palito.
Hace mucho que no leo cómics de mutantes, así que me he encontrado con que las cosas han cambiado mucho:

- Todavía hay padres capaces de preguntarse qué hacen tanto tiempo sus hijos en el baño.

- Como muy sabiamente dijo Scarlett: que buenorro que está Hugh Jackman. Bueno, esto no ha cambiado, lo que pasa es que no me harto de decirlo.

- Aunque estés en coma puedes cambiarte de modelito (y no te olvides de ponerte zapatos).

- Un personaje principal puede desaparecer sin que nadie se pregunte por él. Que no es que le tenga cariño, no, pero hombre, habrá que saber si se cuenta con él para la cena, que eso de que dónde comen cuatro caben cinco es mentira podrida.

- El raquitismo de Lobezno/Carcayú se debía sin duda a la mala alimentación. Después de dos películas de gumia en el comedor del colegio ha crecido hasta convertirse en uno de los X-men más altos.

- Cualquier reunión clandestina de mutantes debe estar debidamente anunciada en carteles, a ser posible en la misma puerta del lugar de reunión, no vaya a ser que a alguien se le pase.

- Los malos tienen que ser feos, las malas tienen que estar salidas.

- Si tus órdenes son no dejar entrar a nadie, al primero que llegue lo arrojas dentro. Al final de la escena estará fuera mágicamente.

- Tormenta sólo puede usar sus poderes si se lo dicen, y sólo mientras esté en primer plano.

- El cerebro de Jean Grey está más concurrido que el atasco de la M-30 a las och... a las nue... a cualquier hora del día, pero se mueve más rápido.

- Para que sopocientos mutantes vivan en el bosque sólo necesitas cuatro tiendas de campaña.

- Que seas el mutante más poderoso del planeta no te evita tener que ir andando a todas partes. Y con esas pintas. "La gente nos odia y nos teme"... Lo que de verdad odia y teme es a vuestro estilista, hombre. Y a vuestro olor corporal, después de pasar el finde en el bosque, todos apretaítos en tres tiendas de campaña.

- Un mercedes puede sobrevivir a un ataque de Magneto sin que se despeinen sus ocupantes. Además tiene una pantalla para que los pasajeros se puedan entretener y no se pasen las doce horas de viaje preguntando cuánto falta, cuánto falta, cuánto faltaaaaaaaaaaaa. Y tendrás niños rubios. Y tu mujer sonreirá sin motivo aparente mientras conduces. Un lujo de coche. Por si no os habeis dado cuenta.

- La Gran Batalla Final tiene que ocurrir de noche, aunque un momento antes fuera de día.

- Los soldados norteamericanos obedecen a cualquier cap... Eh... No, nada.

- Ángel puede recorrer la misma distancia que el jet en tan sólo cinco minutos más de tiempo.

- El nombre completo de Juggernaut es Juggernaut Perra.

- Cualquier parecido con El Príncipe Mestizo es una mera coincidencia. De verdad.

En fin, es mucho lo que he aprendido con esta película, pero aún me queda una duda.

¿Qué se habían fumado los guionistas, y dónde puedo conseguir un poco?



Pd: Como mola el Directory este, oyes.

26 mayo 2006

Orgullo Friki: el reportaje definitivo

Como no podía ir a la concentración del Orgullo Friki en Callao le pedí a Nastyman que hiciera fotos para mí, y esto es lo que me ha traído:


Eh... Bueno, gracias, Nastyman.

Si algunas vez necesitas algo, pues, bueno, ya sabes.

25 mayo 2006

Día del Orgullo Friki

Coincidiendo así como quien no quiere la cosa con el día del Orgullo Friki, evento organizado con gran éxito por el Señor Buebo (enhorabuena), recurro una vez más al talento y la paciencia de TheBigSquid Ilustrated para poner en marcha la iniciativa


Pon una Espada Láser en tu Vida
en tan sólo 2 cómodos pasos
(y 15 incómodos)

Para construir tu espada láser necesitas:

Todo esto.


- Globos de los de hacer figuras, con su correspondiente bomba para inflarlos, que si no no hay manera, lo duros que están los j*d**s globos.
- El cilindro de cartón del papel higiénico, o del papel de cocina, o de otra cosa que se te ocurra.
- Papel charol negro (en gris también queda mono). Con un pliego tienes para varias, dependiendo del grado de torpeza personal de cada uno.
- Una pinza de madera, de las de tender la ropa.
- Cola de la de pegar, so malpensados.
- Pegamento de barra.
- Tijeras de punta redonda, que hay mucho torpe suelto por ahí.
- Regla.
- Lápiz.
- Tiritas.

1º Usando el cilindro de cartón como plantilla, dibuja un círculo en el papel charol. Por el lado BLANCO.

No intentar sin la supervisión de un adulto.

2º Recorta el círculo, dejando un margen de un par de centímetros.

Más que de círculo tiene forma de albóndiga (albóndigoforme).

3º Ponte una tirita en el corte que te has hecho.
4º Desincrusta la tapa del pegamento de barra, embadurna el círculo de papel charol, y usalo para tapar un extremo del cilindro de cartón.

Embadurnar.

Tapar.


5º Ahora dibuja en el papel charol (por el lado BLANCO) un rectángulo de 17 centímetros de largo por 12 de ancho.
6º Recorta el rectángulo.
7º Tirita.
8º Embadurna el rectángulo de charol con pegamento de barra (por el lado BLANCO), y forra el cilindro de cartón, remetiendo lo que sobra por el lado que hemos dejado abierto. Si sobra mucho corta un poco antes de remeter.

Embadurnar.


Forrar.


Remeter.


¡Ta-chán!


9º Otra tirita.
10º Desmonta la pinza de la ropa.
11º Más tiritas.
12º Coge el lado en el que se ha quedado pegada la cosa metálica y pégalo con cola más o menos donde te parezca que debe llevar el interrumpor una espada jedi. Aproximadamente. Si no te gusta el color madera, puedes pintarla antes de pegarla, que si no el cartón se pone perdido. Yo la pinté con purpurina, pero ni caso, oyes, se ha quedado igual.

Si ves la foto borrosa es que has pasado
mucho tiempo jugando con el pegamento.

13º Sujeta la pinza al cartón con una goma elástica hasta que se pegue, y vete a jugar al nintendogs. Otra opción es que te quedes sujetando la pinza, tú mismo.

Yo me quedé, no tuve más remedio.
Un consejo: no te manches los dedos con pegamento.

14º Infla el globo hasta que alcance un tamaño razonable. Cuidado con el tamaño que escoges: si la espada es muy corta los niños jedi se reirán de ti, si es muy larga las niñas jedi pensarán que tratas de compensar algún tipo de deficiencia.
15º Hace mucho que no te pones una tirita.
16º Encaja el globo en el cilindro. Entra al milímetro, pero por si acaso puedes embadurnar el interior del cilindro con cola, nunca pegamento, que derrite el globo.
17º Se acabó: la espada láser está lista.

Andá, un pintalabios.

Esta es la versión básica, puedes tunearla añadiéndole piezas, botones o cualquier basurilla metálica de esa que aparece misteriosamente en el fondo los lapiceros.
Si no encuentras nada, puedes fabricar tu propia basurilla metálica.

Para fabricar tu propia basurilla metálica necesitas:


-El móvil de Hermano Pequeño.
-Un martillo
-Imaginación.
-Un considerable desprecio por tu propia vida.
-Tiritas.

22 mayo 2006

Operación

Hace tiempo mi padre se tropezó, se cayó, y se pegó la gran leche.
Después de aquello empezó a dolerle la rodilla pero aguantó y aguantó y aguantó hasta que empezó a sospechar que oye, lo mismo se había hecho algo, y decidió ir a que se lo miraran.
-¿Es usted deportista de élite? -preguntó el médico, después de mirarle por todos lados.
A mi madre se le escapó una risilla.
-No -dijo mi padre muy dignamente, encogiendo la tripita cervecera con disimulo.
-Pues tiene un menisco roto y hay que operar -cara de pánico-. No es nada: le hacemos un agujero aquí, y otro por aquí para la cámara.
-¿Cámara?
-Claro. Y le ponemos un monitor, para que pueda ver bien como le cortamos la pierna, hurgamos entre sus huesos y le cosemos vivo.
-Yuju.
En fin, no íbamos a dejar a mi padre solito en semejante trance, así que el día de la operación nos plantamos todos en la habitación del hospital a hacerle compañía y darle ánimos, que el pobre lo estaba pasando fatal por la cosa de no comer.
Es lo malo que tienen las operaciones y el asunto médicos en general, que todo hay que hacerlo en ayunas, que manía, como si que te fueran a abrir no fuera suficiente disgusto. Debe ser para que estés tan débil que no puedas escaparte, digo yo.
Mi padre llevaba unas 14 horas sin comer cuando empezó a desesperarse.
-Venga, jugamos a algo para que te distraigas -propuse.
-¿A qué?
-Al abecedario; empiezo yo: con A de arroz.
-Con B de bizcochos -dijo Hermano Pequeño.
-Con C de canelones.
-Con D de donuts.
-Con E de ensaimada.
-Con F de filetes.
-Con G de guisantes.
-Con H de higos.
-Con I de idiotas -exclamó mi padre-. ¿No os podeis entretener con otra cosa?
Se ve que estaba nervioso por la operación, menos mal que intervino mi madre.
-¿Quieres una revista? -preguntó.
-No.
-Pues la miro yo.
Cada vez que hay que ir al hospital por algo, mi madre compra una revista de cotilleos. Como nunca ve programas de cotilleos, y sólo compra revistas cuando alguien enferma, lo único que hace con ellas es pasar páginas.
-¿Y esta quién es? ¿Y este qué hace? ¿Y por eso es famoso? ¿Es que no hay nada interesante? Hombre, recetas...
-¿Algo interesante? -preguntó mi abuela.
-Un guiso de bacalao.
-A mí es que el bacalao me gusta frito.
-A mí también. O con tomate.
-Sí, tomate pero casero, no el de bote.
-Es que no hay color, como vas a comparar un buen tomate casero, con su aceitico bueno, sus tomaticos, y chup-chup a fuego lento....
A mi padre le estaba dando un tic en el ojo rarísimo, menos mal que llegó el enfermero.
-Hala, que nos vamos a quirófano.
-¿Le acompañamos? -preguntó mi madre. Es que en mi familia hay que hacerlo todo a mogollón.
-No, no, ustedes esperen aquí.
Jo. Nunca había visto a mi padre tan feliz.

19 mayo 2006

Eurovisión

Esto es lo que manda España a Eurovisión:
Bloody Mary, de Las Ketchup.



Un bloody mary, por favor...
Sí, un bloody mary, vodka, alcohol de quemar, lo que sea, pero que se lo den ya.

Y esto, lo que manda Finlandia:
Hard Rock Hallelujah, de Lordi.



Now choose to join us or go straight to Hell...
Las ganas de ser finlandesa que me están entrando, oyes.



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nocon-troles miformadevestir porque es to-tal, yatodoelmundo gusto...
nocon-troles miformadepensar porque es to-tal yatodosles encanta...

-¡Loooooorz coge el dichoso móvil de una vez! ¡O cambia la p*t* canción! ¡Lo que sea, pero YA!
Que mala leche se le pone a mi padre cuando suena el móvil a la una de la mañana, oyes.
-¿Sí?
-Soy yo.
-Ah, hola, Novio.
-De hola nada. ¿Me puedes explicar cómo le voy a imprimir esto a Lasita para que lo lea? ¿Eh?
-Ah, pues no sé... busca las letras y se las cantas tú.
-...
-Vale, vale, ya se me ocurrirá alguna parida para que haya texto.
-Y que no sea ninguna anécdota ridícula sobre mí.
Jo, me tiene calada.

17 mayo 2006

Día de Internet

¿Por qué internet tiene que tener un día para él solo, eh?
¿Qué ha hecho internet por nosotros?
Es decir, aparte de la sanidad, la medicina, la educación, el vino, el orden público, la irrigación, las carreteras, el sistema de alcantarillado y la seguridad ciudadana, ¿qué ha hecho internet por nosotros, para dedicarle un día?
¿Eh?
Pues apenas nada.
Por eso aprovecho la ocasión y reclamo el día de hoy para algo que se lo merezca más:


Día Internacional de la Lavadora


Cartel provisional del Día Internacional de la Lavadora.

Méritos:

  • Hizo posible, junto a otros factores sin apenas importancia, la reconversión de la economía de guerra tras la segunda idem mundial, evitando una crisis como la de 1929.
  • Ha hecho más por la liberación de la mujer que todas las ideologías juntas.
  • Lleva más tiempo en nuestras vidas.
  • Está presente en un mayor número de hogares.
  • Se puede vivir sin internet, o eso dicen, pero si se estropea la lavadora tu vida se convierte en un infierno.
  • Sólo tiene cuatro botones.

Y lo más importante, la razón última y definitiva es que...

  • La lavadora SÍ sé como funciona.

14 mayo 2006

Munia munia: el desenlace

El telefonillo de mi casa suena como el timbre del edificio Baxter.

-URNT!-

-¿Sí?
-¿Lorzagirl?
-Sí, soy yo
-Tengo un paquete para usted.
-Ya será menos, so degenerao.
Lo mejor que se puede hacer con los pervertidos es darles un buen corte, para que aprendan.
-Oye, Lorz, que me parece que era el cartero...
-Pues ya le vale, al cartero, ¿te puedes creer que pretendía enseñarme la pir...
-Lo que intento decirte, vacaburra, es que a lo mejor trae de verdad un paquete-paquete, ya sabes, un lío o envoltorio bien dispuesto y no muy abultado de cosas de una misma o distinta clase.
-Oh, mierdaaaaaa...

¿Traes un paquete en el bolsillo o es que te alegras de verme?

Pues sí, era un paquete-paquete, con sus cosas de una misma o distinta clase y todo.


Mooooooooola...




PD: ¿Soborno? ¿Quién ha dicho soborno?

12 mayo 2006

Pesssssscado

Durante una breve y apasionante temporada, los pescaderos ponían alarma dentro de la bolsa del pescado.
Cuando el cliente pasaba por la caja a que le cobraran, la sufrida cajera tenía que deshacer el nudo maligno como buenamente pudiera, trastear con las manos sucias en el pescado, atrapar la alarma y sacarla de allí ante el espanto de la concurrencia.
-Señorita, ¿por qué me quita eso?
-Es una alarma, tengo que quitarla para que no le pite al salir.
-No me diga.
-Sí, mire, ¿ve? Es una alarma.
-Ah, pues es la primera vez que me pasa -dijo el señor cliente, total y absolutamente convencido.
Esta era una excelente oportunidad para decirle que sí, que era una norma nueva, para que se fuera a casa contento y, a ser posible, en breve.
¿Qué hice yo?
-No, la ponemos siempre -dije-. Lo que pasa que a lo mejor no se ha dado cuenta.
-Mire, señorita: le aseguro que cuando hurgan en mi pescado me doy cuenta, y estoy seguro de que hasta ahora nunca me habían puesto una alarma en el pescado.
Llegado a este punto una de las señoras que esperaban su turno se decidió a meter baza.
-Pues a mí si me la ponen, y todos los días.
-Será a usted -contestó el señor, mirando a la señora como si fuera una ladrona de fama internacional-. A mí, nunca.
La señora, por su parte, miró al señor como si fuera un chicle pegado en un zapato.
-A lo mejor -dijo-, al pescado barato no le ponen alarma.
El señor empezó a ponerse colorado mientras las venillas de la frente se iban hinchando más y más.
-¿Qué insinua usted, señora?
La cosa se estaba poniendo muy fea y pensé que lo mejor que podía hacer era utilizar mis inmensas dotes de pacificadora internacional e intervenir antes de que la cosa fuera a más.
-Lo que quiere decir -expliqué- es que usted no puede permitirse otra cosa.
No sé por qué, pero eso no solucionó nada.

10 mayo 2006

Falso rumor

Un día, cuando llegué al super, una de las chicas estaba en la puerta, enfurruñada.
-¿Qué te pasa?
-No me dejan pasar, me han echado.
-¿Que te han echado? ¿Por qué?
-Porque... porque... una compañera dijo que trabajo poco...
Aluciné.
Despedirla por lo que diga otra... ¡eso no es motivo suficiente!
Además, la mayoría de los empleados somos mujeres. Si hubiera que despedir a una chica cada vez que otra habla mal de ella habría que renovar la plantilla al completo cada semana.
Y me indigné.
¿Qué se creen?
¿Qué pueden cogernos, utilizarnos y después tirarnos cuando se hartan de nosotras, como si fuéramos la última rebanada del pan de molde, toda verde y con pelusa, utilizando la primera excusa estúpida que se les ocurre para justificar un despido para el que no hay motivo ninguno, porque no lo hay, eso seguro?
¿Eh?
-Quehijaputaaa... -dije, así en general.
-Sí -dijo ella-. Así que fui, le partí la nariz de un puñetazo, le agarré de los pelos y le arrastré por el pasillo hasta que me cansé de tirar.
Ah.
Va a ser que sí había motivo.


Epílogo:
Para sustituirla entró un chico nuevo. Como es menor de edad todavía no diré que está como un queso, el niño.
El primer día tuve algunos problemas con un pack de leche rebelde que se negaba a abandonar el carrito de la compra y aproveché que el chico nuevo pasaba por allí para pedirle ayuda.
-¿Te importaría sacármela, por favor?
Le he estado esquivando desde entonces.

05 mayo 2006

Incidencia técnica

Basado en hechos reales.

Este es mi ratón.



Es sinalámbrico, no tiene cable, por eso el gato lo tira cada vez que se aburre.
Esto es la cosa de apretar.


Se enchufa al ordenador para que el ratón sinalámbrico funcione.
Lo único que hay que hacer es acercarlos y apretar un momento el botón gris.


Entonces la luz roja del ratón se enciende, y puedes dejar caer la cosa de apretar detrás de la mesa, que ahí no estorba.


Jo, lo que me costó comprender todo esto...

El sábado pasado estaba tan feliz con mi ratón y de repente, ¡plaf!, tortazo with the flower... no, no era eso... y de repente, hala, la flechita blanca de la pantalla dejó de moverse, y ahí se quedó, parada en el centro, y por más que yo agitaba y sacudía el ratón ahí seguía, impasible.
Pensé que a lo mejor eran las pilas pero, bueno, como la tapa del ratón está muy dura y no tengo muy claro de dónde hay que tirar y eso pensé que lo mejor era sacar la cosa de apretar y apretar, que para eso sirve. Así que toda feliz a
preté y apreté hasta que al ratón casi se le salieron los ojitos, pero la flecha blanca siguió ignorándome de la peor manera.
Entonces pensé que a lo mejor la cosa de apretar se había soltado de su agujero en el ordenador, y que con encajarla se solucionaba; lo único que tenía que hacer era apartar la mesa de la pared.

Casi nada.

Cuando tiré de la mesa los altavoces del ordenador, un lapicero con bolígrafos que no pintan y una caja de cds decidieron experimentar por su cuenta las tesis de Newton y se precipitaron en bloque tras la mesa, donde permanecerán para no levantarse nunca más.
Entonces, viendo que no tenía sitio para meterme detrás de la mesa, bordeé el obstáculo por arriba, esto es: me apoyé en el radiador, me encaramé sobre la mesa y en una postura cómoda y femenina a la par empecé a hurgar entre los cables, lo que me temo que provocó que el ordenador se apagara.
Como todo el mundo sabe, es mucho más seguro trastear con aparatos eléctricos cuando están escendidos, así que me aseguré de enchufarlo de nuevo, y de que la electricidad estuviera circulando correctamente antes de continuar. Debió ser más o menos entonces cuando, al estar en contacto con los cables y la pantalla del ordenador por un lado, y el radiador por otra, mi cuerpo decidió hacer de toma de tierra, y recibí una ligera descarga que hizo que me temblaran los empastes.
¿Iba a rendirme por eso, eh? Pues no. Seguí intentándolo hasta que conseguí apretar el cable de la cosa de apretar, pero la flecha blanca de la pantalla seguía sin moverse.

Jo.

El plan B (apagar y fingir que no había pasado nada) estaba empezando a tentarme cuando vi el minúsculo ratón del portátil de Hermano Mediano encima de la mesa, llamándome...
Volví a encaramarme sobre la mesa, enchufé el ratoncito... ¡Y la flecha blanca de la pantalla empezó a moverse!
Estaba deseando que llegara Hermano Mediano para contárselo y entonces (no podía creer mi suerte) llegó Hermano Mediano.
-¿Qué haces con mi ratón? -preguntó, con esa cara de "esperemos lo peor" que pone cuando me ve cerca de cualquier cosa eléctrica.
-Es que el otro no funciona y he puesto este -le expliqué, toda orgullosa de mí misma.
-¿Y no se te ha ocurrido, no sé, cambiarle las pilas?

Listillo.

03 mayo 2006

Fies de erratas: la respuesta

La soberbia húngara, famosa en el mundo entero. No confundir con la soberanía húngara.
*
Las fronteras accidentales son esas que se producen sin querer.

*

¿Memocracia? Hombre, no es que Bush sea muy listo, pero tampoco hay que faltar.

*
Que un presidente americano esté a favor de la libre disposición de los pueblos (sobre todo si es a libre disposición de Estados Unidos) no es muy sorprendente, pero creo que en este caso Wilson se refería a la libre determinación de los pueblos.
*
Aunque parezca mentira, la táctica del salchichón existió. La pusieron en práctica los rusos en la Europa del Este, durante y después de la II Guerra Mundial. No tengo muy claro qué era lo que hacían, pero he estado consultando las fuentes a mi disposición y esto es lo que he averiguado:

Más o menos por la época en la que los rusos estaban liberando la Europa del Este, mi abuelo estaba haciendo la mili en Flandes.
Como eran jóvenes, estaban en edad de crecer, y ya se sabe que cuanto más potente es un ejército más especial es su rancho (y el ejército español otra cosa no, pero potencia la que quieras), los reclutas pasaban un hambre alucinante.
Una vez uno de los pobres infelices recibió carta de su casa, y con la carta venía un salchichón.
El chaval se puso feliz como una perdiz, porque pensaba que con eso se quitaría el hambre una temporada.
Mi abuelo dijo que si el salchichón fuera suyo no le iba a durar ni cinco minutos.
El otro dijo que era imposible comerse eso de una sentada.
Mi abuelo dijo que solo no, que necesitaba pan para bajarlo.
El otro dijo que así todavía menos.
Mi abuelo contestó que qué se apostaba.
El otro infeliz aceptó...
Cuando quedaba el cachillo de salchichón que pega a la cuerda mi abuelo le dijo al otro que si admitía que había ganado le dejaba probarlo.
El otro admitió su derrota. Probablemente, también lo mandó a t*m*r p*r c*l* un par de veces.

Si relacionamos esta bonita anécdota con la técnica de los rusos, podemos llegar a la conclusión de que no tienen nada que ver.

Fin de la investigación.
¿Dónde está mi pulitzer?